Durante el año no
perdíamos el contacto y al llegar Navidad nos felicitábamos mutuamente,
yo conservo esta y otra de ellos, muy simpáticas, yo las recibía con
mucha alegría, luego pasamos al teléfono… y se acabo el recuerdo de
poder conservar algo tan bonito, hoy con el móvil, Internet y tantos
adelantos solo recibimos cartas del Banco o publicidad pero ese es otro
teme.
De aquella etapa de mi vida guardo los mejores recuerdos y los de la familia Aguirre significaron mucho para mí.
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